Librería Religiosa de Antonio García


Históricamente el libro español fue de carácter religioso y aún lo fue más cuando a partir de 1848 Monseñor Claret dedicó gran parte de su impulso evangelizador a la gestión de la Editorial-Librería Religiosa de Barcelona. Libros, opúsculos, ornamentos religioso y muchas otras cosas relacionadas con el culto fueron objeto de trabajo de esta editorial. A su amparo, o por imitación, surgieron en España multitud de librerías cuya actividad se centraba en exclusiva en el comercio de libros religiosos y afines hasta el punto de adoptar el nombre genérico de librería religiosa.
En 1891, los dueños de la librería religiosa de Zamora, Sres. Tabaré y Lecanda, compraron las existencias de la librería de la señora viuda de Gurruchaga en la calle de Rúa,34 con el fin de abrir una nueva librería religiosa. Pocos años debieron estar estos señores al frente de la librería pues en 1894 ya se encuentra a nombre del Sr. Antonio García Álvarez. Imágenes, libros litúrgicos, objetos para el culto, oleografías, cuadros, sacras y cera de Abaida valencia, incienso, devocionarios, objetos de escritorio y piadosos, bonetes, calendarios y suscripción a todas las revista y periódicos católicos son muchos de los objetos que vendió don Antonio. La librería permaneció en la calle de la Rúa hasta el año 1918, cuando fue trasladada el nº23 de la Plaza Mayor, junto al estanco y allí permaneció atendida por la familia García hasta su cierre definitivo a finales de noviembre de 2002.
No fue la única librería que recibió el título de religiosa, ya que en noviembre de 1902 abrió la librería del Sagrado Corazón en la calle de la Rúa,51 propiedad de don Lorenzo Aniceto y sucesores. Tras la Guerra Civil esta librería abrió una sucursal en la calle del Generalisímimo,33 que conocimos como librería Aniceto, cerrada en marzo de 2011.

El tiempo fue transformando la librería religiosa de Antonio García en una librería general y entre sus actividades estuvo la venta y edición de tarjetas postales y albumes de fotografías con fines turísticos, para lo que utilizó los servicios fundamentalmente de la Fototípia Thomas y Hauser y Menet.